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Cultura

Gonzalo Eltesch, editor literario de exportación

Gonzalo Eltesch, editor literario de exportación

Entró a Random House en 2008. Como editor estuvo detrás de libros best sellers, como la saga histórica de Jorge Baradit o “Joven y alocada”. En 2017 lo llamaron desde la editorial en España. Partió sin dudarlo. Instalado en Barcelona, a cargo de no ficción de Ediciones B, ha repetido la receta.

Por: Por Patricio de la Paz | Publicado: Sábado 3 de junio de 2023 a las 04:00
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Cuando el mundo literario chileno habla de Gonzalo Eltesch (42), lo que se dice es que es el editor de los súper ventas. Desde su cargo en Penguin Random House fue el responsable de pesquisar y abrir espacios a libros como la saga histórica de Jorge Baradit, de Joven y alocada, de Relatos de una mujer borracha, de las historias gráficas de Malaimagen, entre otros.

Pero el propio Eltesch, conectado por Zoom desde España, donde vive desde cinco años, le baja el perfil a tanto fuego artificial. Dice que no hay que olvidarse de la suerte.

“Tuve la suerte de estar en un momento en que yo intuí que había espacio y había personas que podían estar buscando esos libros que no encontraban. Uno como editor puede buscar las cosas, pero para que sucedan de la manera en que sucedieron, en términos de convertirse en libros muy vendidos, hay un grado importante de suerte; se tiene que dar una serie de factores y uno no los maneja todos. En la edición uno tiene que apostar mucho, creer en lo que haces, pero hay cosas que no se pueden controlar. Nadie que hable honestamente podría decir que sabe que un libro se va a transformar en fenómeno”.

Como sea, esa buena racha llamó la atención. Desde la casa matriz de la editorial en Barcelona le ofrecieron en 2017 irse a trabajar allá. A hacer, de alguna manera, lo que había hecho con éxito en Chile. Eltesch reconoce que no sabía en qué se estaba metiendo, pero no lo dudó.
 

“Ahí aprendí a hacer de todo”

 Gonzalo Eltesch nació en Valparaíso, pero a los 5 años se vino a vivir a Santiago con su madre. Su padre se quedó en el puerto, a cargo del negocio de antigüedades llamado El Abuelo. El niño iba y venía entre las dos ciudades.

 Después del colegio entró a estudiar Psicología a la Universidad Central. Duró tres años, y se cambió a Literatura en la Diego Portales. “En esa época estaban allí Andrés Morales, Jaime Collyer, Alejandro Zambra. Cuando Zambra asume la dirección del diplomado en edición de la universidad, me convence de entrar ahí”, recuerda.

“La escritura era lo que a mí me motivaba, pero también dentro de ella estaba la corrección. Me gustaba saber cómo se decían las cosas de una manera más adecuada, lo que tiene que ver con los errores, incluso los manuales de estilo”. 

Paralelamente empezó a trabajar de asistente externo en el sello editorial de la UDP, a cargo de Matías Rivas. Colaboró con un libro de Camilo Marks y con uno de Diamela Eltit. Empezó a gustarle el oficio. 

En 2008 postuló a Random House. “Llegué recomendado por Juan Camilo Lorca, que era el encargado de referencia escrita de la Biblioteca Nacional, y como yo trabajaba mucho allí me hice muy amigo de este señor mayor que conocía a todo el mundo literario. Él se enteró de que había una vacante y yo me presenté a la prueba”. Quedó aceptado. En ese tiempo, la cabeza del grupo en Chile era el español Juan Díaz y Melanie Josch -actual directora editorial- era la editora jefa. “Yo entré a hacerme cargo un poco de la redacción editorial”, precisa Eltesch.

Era un grupo pequeño, recuerda, y les tocaba hacer de todo. “Era muy bonito el proceso porque se participaba en todo, desde la corrección, la edición hasta conversar con los autores. Ahí aprendí a hacer de todo gracias a las enseñanzas de Juan y Melanie”. Luego lo pusieron a cargo de distintos sellos: Sudamericana, Grijalbo, Plaza & Janes.

“Ahí empiezo a hacer libros de divulgación y libros más juguetones, un poco de lo que sucedía, lo que estaba en el ambiente. Uno podía encargar libros, descubrir autores y jugar un poco más desde la historia, el humor, la política”. 

Grafica ese periodo con los libros que le encomendó a Baradit. “Me llamaba mucho la atención que tanto en México como Argentina habían muchos libros de divulgación de historia y yo sentía que en Chile, aunque había, no eran tantos. Me empecé a obsesionar con buscar una historia alternativa de Chile, y me demoré mucho tiempo en encontrar a Jorge. Y bueno, pasó lo que pasó”.

Y lo que pasó fue: éxito avasallador de ventas, una edición tras otra, un fenómeno total. Lo repetiría con otros libros. Desde Confesiones de una soltera hasta La ciencia pop. Encontraba a los autores buscando en Facebook, en Twitter, en blogs, en programas de radio.

Fue entonces que Juan Díaz, el mismo que lo había recibido en la editorial en 2008 y que años más tarde estaba en un cargo importante en la casa matriz de Barcelona, lo llamó. Era 2017. Le dijo que se había hecho cargo de Ediciones B, sello que la multinacional recién había adquirido, y que lo necesitaba allá. “Se le abrió un espacio en un sello (Plan B) que ve libros relacionados con tendencias, con lo que está ocurriendo localmente. No tenía editor y él pensó en mí. Se arriesgó a que yo ocupara ese puesto”. Primero, Eltesch se puso nervioso. Luego, aceptó.
 

“No fui tan consciente de lo difícil que era”

“Lo que me sedujo de la idea de irme es que era y es muy difícil trabajar en España, el mercado es muy grande, hay una competencia bestial, se publican muchos libros, está lleno de editoriales. Entonces era un desafío muy grande, partiendo por conocer la cultura española, los políticos, los famosos, lo que está surgiendo en redes sociales, los científicos, los sociólogos, los líderes de opinión. Todo ese mundo no lo conocía en detalle y tenía que imbuirme en mucha información. Probablemente no fui tan consciente de lo difícil que era eso, pero, bueno, me fui a Barcelona y ya...”

-¿Qué tan grande fue el cambio?
-Lo que yo resolvía en Chile levantándome de mi puesto de trabajo, acá se tenía que resolver de una manera mucho más larga, con muchas más personas. Había más decisiones entremedio, más reuniones, más comités. Los tiempos se programaban con mucha más antelación. Además, yo llego a resolver un plan editorial que no existía y se tenía que crear en muy pocos meses. Eso me benefició para que aprendiera mucho más rápido y no tuviera tiempo para ponerme nervioso.

-¿Cuánto te demoraste en publicar los primeros libros?
 -Yo llegué a Barcelona en octubre del 2017, y los primeros libros fueron en septiembre del año siguiente.

Gonzalo Eltesch calcula que edita y publica unos 40 libros al año, “y posiblemente van a aumentar”. Varios han sido súper ventas y han levantado debate. Él enumera algunos: Ser mujer negra en España, de Desirée Bela-Lobedde, que se transformó en una referencia del activismo afrodescendiente; Señoras que se empotraron hace mucho, de la académica Cristina Domenech, experta en teoría queer, que cuenta la historia de dos lesbianas en la era victoriana; o un libro del ilustrador 72kilos, que en 2019 se convirtió en el texto ilustrado más vendido de ese año.

El sello Plan B -que hace un par de meses cambió de nombre a Somos B- marchaba y marcha perfecto. Pero Eltesch pensaba en más cosas. “Me empiezo a dar cuenta de que también faltaban libros de actualidad, de política, de historia; y abro esa posibilidad”. Se crea entonces otro sello, también bajo su edición, al que llaman simplemente No Ficción.



“Es gracioso porque muchas veces desde el punto de vista ideológico te cuestionan algunos de esos libros, pero la gracia de un editor es dar la voz a todas las voces, siempre que respeten la ley por supuesto”. Así, en 2021 publica el muy comentado Políticamente indeseable, de la polémica Cayetana Álvarez de Toledo, militante del Partido Popular. 

Bajo ese sello, también foco de debate, apareció El rey al desnudo, de Ernesto Ekaizer, una investigación monumental sobre la vida del monarca emérito de España. O Invasión de campo, de Alejandro Requeijo, que las emprende contra el fútbol moderno.
 

“Es una ciudad grande, pero cercana”

-¿Tú crees que cumpliste las expectativas con que te llevaron? 
-Decirlo de uno mismo es muy complicado…

-Inténtalo…
-Lo que creo es que poco a poco fui aprendiendo cómo funcionaba el trabajo y a entender el mercado; y sí: creo que las expectativas se cumplieron en el tiempo adecuado de aprendizaje. Pero, como te decía, siempre pienso en la suerte.

Dice que se siente cómodo en Barcelona. “Tiene esa cosa que es una ciudad grande, pero también cercana, se puede hacer todo a pie. Me gusta mucho caminar, me gustan mucho las calles pequeñas y estrechas, como las que hay en Valparaíso. Además tengo una relación muy buena con los catalanes. Tienen fama de ser más serios, pero yo he notado que después de una caña ya son iguales de relajados” comenta, riéndose.

Su futuro, asegura, se proyecta en España. “Más ahora que me caso”, cuenta. Su novia es madrileña y el plan es que cada cual resida en su ciudad y se visiten con frecuencia. “Va a ser muy moderno”, apuesta él.

-¿Y qué pasa con tu propia escritura? En 2015 publicaste tu única novela hasta ahora, Colección particular. ¿Por qué después nada?
-El proceso de escritura siempre está, es permanente. Yo siempre he tratado de escribir, pero soy muy autoexigente, probablemente por este lado de editor. En todo caso, estoy a poco de terminar un relato largo; bueno, una novela corta. Quiero terminarla para saber si es que puede llegar a algo más o tengo que empezar de nuevo a escribir otra cosa. 

-¿De qué trata?, ¿parte de lo biográfico, como tu novela anterior?
-Tiene un origen biográfico, pero tiene mayor ficción. Es sobre la amistad; la historia de cuando grandes amigos que de pronto por diferentes razones, algunas que se conocen y algunas que no, dejan de serlo.

-Una última duda: ¿que lee un editor literario como tú sólo por placer y no por obligación?
-La pregunta es bonita y uno nunca se la hace... Yo leo lo que no publico; es decir, como estoy leyendo siempre no ficción, lo que leo es ficción literaria. Ahora estoy en el último de los seis volúmenes de Mi lucha, de Karl Ove Knausgard.

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